Investigadores del INTA identificaron genes involucrados en el envejecimiento de uno de los cultivos de mayor importancia en la economía de Argentina. Los resultados podrían mejorar su rendimiento.
12/09/2014 – Agencia CyTA-Instituto Leloir-. Gracias a un trabajo científico sería posible retrasar el envejecimiento y mejorar el rendimiento de los girasoles, uno de los cultivos de mayor relevancia en la Argentina.
Así lo anunciaron, en la importante revista “Plos ONE”, un grupo de investigadores del INTA, quienes identificaron cinco genes que podrían disparar o contribuir a la senescencia de las hojas del girasol.
Si se bloquean esos genes, se podría prolongar la vida productiva de los girasoles, “incidiendo en el peso y en el contenido de aceite del grano”, señaló a la Agencia CyTA una de las autoras del trabajo, la doctora Ruth Heinz, investigadora del CONICET y directora del Instituto de Biotecnología del INTA, en Hurlingham, Buenos Aires.
Sin embargo, aclaró Heinz, hay que pensar en una aplicación “en el mediano plazo, considerando los tiempos de desarrollo y transferencia al sector productivo”.
Del estudio también participaron otros investigadores del INTA y del CONICET, como los doctores Sebastián Moschen y Paula Fernández, así como científicos de otras instituciones.
El hallazgo es particularmente destacable teniendo en cuenta que, a diferencia del genoma de la papa, del tomate y de otros cultivos, la secuencia genética completa del girasol todavía no ha sido descifrada, informó Heinz.
Argentina es actualmente el cuarto productor mundial de semillas de girasol, detrás de Ucrania, Rusia y la Unión Europea.
Así lo anunciaron, en la importante revista “Plos ONE”, un grupo de investigadores del INTA, quienes identificaron cinco genes que podrían disparar o contribuir a la senescencia de las hojas del girasol.
Si se bloquean esos genes, se podría prolongar la vida productiva de los girasoles, “incidiendo en el peso y en el contenido de aceite del grano”, señaló a la Agencia CyTA una de las autoras del trabajo, la doctora Ruth Heinz, investigadora del CONICET y directora del Instituto de Biotecnología del INTA, en Hurlingham, Buenos Aires.
Sin embargo, aclaró Heinz, hay que pensar en una aplicación “en el mediano plazo, considerando los tiempos de desarrollo y transferencia al sector productivo”.
Del estudio también participaron otros investigadores del INTA y del CONICET, como los doctores Sebastián Moschen y Paula Fernández, así como científicos de otras instituciones.
El hallazgo es particularmente destacable teniendo en cuenta que, a diferencia del genoma de la papa, del tomate y de otros cultivos, la secuencia genética completa del girasol todavía no ha sido descifrada, informó Heinz.
Argentina es actualmente el cuarto productor mundial de semillas de girasol, detrás de Ucrania, Rusia y la Unión Europea.
La doctora Ruth Heinz, investigadora del CONICET y directora del Instituto de Biotecnología del INTA, en Hurlingham, Buenos Aires (der.) y los doctores Sebastián Moschen y Paula Fernández del INTA y del CONICET. Su trabajo podría servir para mejorar el rendimiento de los girasoles, uno de los cultivos de mayor importancia en la economía de Argentina.