El agua pesada es parte fundamental de la historia del desarrollo nuclear argentino. Elegida como alternativa para un desarrollo soberano de combustible para las centrales locales, este insumo se convirtió en fundamental para el sustento de un plan nuclear autónomo.
Por eso, en 1989 la CNEA y la provincia de Neuquén crearon la empresa ENSI como primer proyecto para poner en marcha y operar la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) que, en la actualidad, se proyecta estratégicamente para el desarrollo de insumos asociados orientados a otros sectores productivos.