Nada se tira. Las plumas constituyen uno de los principales residuos generados en las granjas y tienen un grave efecto contaminante.
De enorme desarrollo en los últimos años, la industria avícola logró posicionarse como uno de los sectores más pujantes de la actividad agroalimentaria en nuestro país. Sin embargo, los desechos generados por la cría de aves y su efecto contaminante, representan el lado B de la actividad y ya encienden las alarmas por sus graves consecuencias sobre el medioambiente. Junto con las heces, la orina, los huevos rotos, y otros desechos orgánicos, las plumas constituyen uno de los principales residuos generados en las granjas.
De enorme desarrollo en los últimos años, la industria avícola logró posicionarse como uno de los sectores más pujantes de la actividad agroalimentaria en nuestro país. Sin embargo, los desechos generados por la cría de aves y su efecto contaminante, representan el lado B de la actividad y ya encienden las alarmas por sus graves consecuencias sobre el medioambiente. Junto con las heces, la orina, los huevos rotos, y otros desechos orgánicos, las plumas constituyen uno de los principales residuos generados en las granjas.