Sencillo y amigable con el medio ambiente, pero sobre todo con el bolsillo. Estas son algunas de las cualidades que reúne un original calefactor aerotérmico ideado por dos egresadas de la carrera de Diseño Industrial de la UNC.
El aparato aprovecha la potencialidad del clima de Córdoba, reduciendo más de la mitad el consumo de electricidad. Está pensado para viviendas de bajos recursos, pero es útil para cualquier hogar en el que se desee lograr un ahorro importante, especialmente en los que carecen de acceso al gas natural.
De la mano del aumento de las tarifas de energía eléctrica se ponen en práctica distintas estrategias para reducir su impacto en la economía familiar. Consumir menos parece la más obvia, pero también existen otras alternativas.
Un sencillo y original diseño presentado como trabajo final de la carrera de Diseño Industrial permite obtener un importante ahorro de energía. Se trata de un calefactor aerotérmico que aprovecha la radiación solar para calentar el aire del interior de la vivienda, hasta alcanzar una temperatura confortable de entre 22 y 25 grados. Comparado con otros sistemas eléctricos habitualmente utilizados, este dispositivo garantiza una disminución del 50 por ciento en el consumo mensual de kilovatios. Tiene capacidad para aclimatar superficies de 42 metros cuadrados y se basa en un mecanismo híbrido, ya que requiere de apoyo eléctrico para comenzar a funcionar.
Magdalena Talbot Wrigthy Priscila Torrealday, autoras del desarrollo, cuentan que su diseño surgió originalmente como una propuesta para viviendas de planes sociales de la provincia de Córdoba. “Los sistemas actuales de calefacción eléctricos implican altos costos de adquisición y de uso, que no se condice con las necesidades económicas de las familias de menores ingresos”, apuntan. Las jóvenes señalan, además, que el desarrollo se realizó teniendo en cuenta la pérdida de calor que generalmente se produce en este tipo de hogares, debido a la insuficiente aislación térmica que suelen tener las construcciones de bajos recursos tecnológicos.
El calefactor también puede resultar muy ventajoso en las localidades de las Sierras Chicas de Córdoba, que no tienen acceso al gas natural, como Mendiolaza, Unquillo y Río Ceballos. Pero en general, resulta útil en cualquier vivienda en la que simplemente se desee ahorrar electricidad.
Cómo funciona
El calefactor está ubicado dentro de la vivienda y se conecta –a través de un tubo que atraviesa la pared– con el colector solar circular, una especie de manguera negra enrollada que está instalada sobre el muro o pared, en la parte externa de la casa.
“Funciona por convección: mediante un movimiento circular, el calor es transportado entre zonas con diferentes temperaturas”, explica Sebastián Dovis, docente responsable de dirigir el proyecto. El aire frío del interior es absorbido o “chupado” por un tubo e ingresa a la manguera flexible de acero negro (colector solar). Allí es calentado por la radiación solar y devuelto a la vivienda por un segundo tubo. Así se logra aclimatar el ambiente.
Para comenzar a funcionar, el calefactor necesita energía eléctrica para encender un pequeño motor que succiona el aire frío del interior de la casa y se desactiva automáticamente cuando alcanza una temperatura agradable (de 22 a 25 grados), gracias a un sensor. De ser necesario, el sistema eléctrico también puede trabajar como sistema de apoyo para compensar la temperatura del aire que ingresa desde el colector solar externo.
Entre otras ventajas, el aparato es de fácil instalación, económico, no contamina el medio ambiente, y la mayoría de sus componentes son de producción nacional. Su diseño garantiza una vida útil de 10 años y su precio de comercialización es muy conveniente. Estimado para una producción de 600 unidades, costaría el doble que los caloventores eléctricos de pequeñas dimensiones que existen actualmente en el mercado, y la tercera parte de un aire acondicionado.
Al funcionar por radiación solar, el desarrollo puede garantizar la provisión de calor en horario diurno –desde la mañana y hasta las 17 horas aproximadamente– y durante la noche mediante sistema eléctrico, con encendido manual.
Fuente: UNCiencia