La técnica, creada por científicos de Estados Unidos y de Argentina, apunta a mejorar la salud de los trabajadores expuestos a contaminantes volátiles presentes en, por ejemplo, fábricas automotrices, de productos químicos y de pintura.
Millones de trabajadores fabriles están expuestos a compuestos orgánicos volátiles (COVs), los que pueden causar enfermedades respiratorias, trastornos neurológicos, ataques cardíacos, cáncer y otras patologías. Ahora, una técnica desarrollada por científicos de Estados Unidos y Argentina podría mejorar el monitoreo de estos contaminantes en el aire de los ambientes laborales.
“El objetivo es obtener un equipamiento [de medición] más eficaz y sensible”, señaló a la Agencia CyTA-Leloir el líder del proyecto, el doctor Claudiu Lungu, director del Centro de Salud y Seguridad Laboral Deep South de la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos.
Los COVs suelen ser detectados mediante carbón activado granular (GAC), aunque recientemente se identificaron otros materiales como los nanotubos de carbono de paredes simples. En todos los casos, la superficie adsorbe estos contaminantes, aunque después es necesario que los libere, mediante un proceso conocido como “desorción”, para seguir operando.
Según explicó Lungu, hay dos estrategias clásicas de desorción: mediante el uso de sustancias químicas, la más común, pero de sensibilidad limitada, o con cambios de temperatura, que es costoso porque sólo proporciona un análisis por muestra. El nuevo método ensayado recurre a la desorción “fototérmica”, esto es, mediante la aplicación de luz sobre el material. “Tiene un comportamiento intermedio entre ambas técnicas y muy buenos resultados”, dijo Lungu.
Del trabajo participó el doctor Karim Sapag, vicedirector del Instituto de Física Aplicada (INFAP), que depende de la Universidad Nacional de San Luis y del CONICET. En el Laboratorio de Sólidos Porosos del INFAP, Sapag examinó la eficacia con la cual los materiales de carbón liberaban las muestras de contaminantes una vez irradiados con luz de alta intensidad.
“El carbón activado liberó casi un 45.9% de la muestra, pero los nanotubos de carbono fueron más efectivos porque alcanzaron la cifra de casi un 70%”, afirmó Sapag. Además de estudiar estrategias para monitorear el ambiente, Sapag destacó que su laboratorio desarrolla materiales con alta capacidad de adsorción que sean útiles en la descontaminación de fluidos, en especial agua y aire.
El nuevo desarrollo fue publicado en “The Annals of Occupational Hygiene”. Y según Lungu, podría propiciar un método más eficaz para mejorar las condiciones de trabajo y la prevención de enfermedades ocupacionales.
Entre los trabajadores más expuestos a los COVs, figuran los de la industria automotriz, los de fábricas de pinturas y productos químicos, y los que realizan actividades de limpieza y de pulido.
Fuente: Agencia CTA