El avance servirá para el tratamiento de desórdenes alimenticios, ya que descubrieron cómo funcionan las neuronas del hipotálamo que envían la señal de saciedad que nos hace dejar de comer.
Marcelo Rubinstein, profesor de la facultad de Ciencias Exactas de la UBA e investigador del Conicet, publicará el descubrimiento en Estados Unidos.
Un equipo de científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) identificó un gen maestro en el circuito de la saciedad al ingerir comidas, descubrimiento que permitirá avanzar en el diagnóstico de los desórdenes alimenticios, informó ayer esa casa de altos estudios pública.
El trabajo del equipo conducido por Marcelo Rubinstein, profesor de la facultad de Ciencias Exactas de la UBA e investigador del Conicet, que será publicado esta semana en Procedimientos de la Academia de Ciencias Naturales (PNAS) de Estados Unidos, sostuvo que la alteración del gen “impide que las neuronas envíen la señal que nos hace dejar de comer y puede predisponer al sobrepeso”.
“Tanto los ratones como los seres humanos que presentan mutaciones en el gen Pomc padecen de hiperfagia y de obesidad severa”, manifestó el estudio argentino, y destacó que el gen maestro descubierto “regula a Pomc, sin el cual el circuito saciatorio no funciona”.
Rubinstein explicó que “se trata de un factor de transcripción, una proteína fundamental para que se pueda iniciar la transcripción
de Pomc en las neuronas que la expresan normalmente para formar parte de este circuito saciatorio”.
“Se sabía que Pomc se expresa en esas neuronas del hipotálamo, lo que no se sabía es quién activa esa transcripción de manera tan selectiva y por qué sólo en esas neuronas y no en otras”, dijo el docente e investigador.
“Nosotros, durante muchos años, nos concentramos en identificar las secuencias de ADN necesarias para que Pomc se exprese en ese lugar, y ahora pudimos descubrir quién utiliza esas secuencias para permitir la expresión del gen en esas neuronas”, explicó.
La investigación universitaria fundamentó que “por lo general, luego de haber ingerido una comida abundante y sabrosa, llega la señal de saciedad y paramos de comer, pero a veces la señal llega tarde, cuando ya nos pasamos del límite” y remarcó que también “hay casos en que no llega, es cuando comemos de manera insaciable”.
“Que esa señal llegue en el momento y duración adecuados es un factor clave para evitar el sobrepeso y, por ende, la obesidad”, postuló el estudio, y se preguntó “¿dónde se produce esa señal?”.
“Las neuronas encargadas de decir ‘coma’ o ‘pare de comer’ están ubicadas en el hipotálamo, región del cerebro que regula la temperatura corporal, la liberación de hormonas de la hipófisis y también conductas como la alimentación”, señaló la investigación, para destacar que “algunas de esas neuronas promueven la ingesta y otras la saciedad”.
Estas últimas expresan un gen conocido como Pomc (propiomelanocortina), que contiene la información para producir melanocortina, “la hormona que avisa que hay que detener la ingesta”.
El trabajo, cuyos primeros autores son Sofía Nasif y Flavio de Souza, investigadores del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular del Conicet, será publicado esta semana en Proceedings of the Natural Academy of Sciences (PNAS)
Fuente: UBA