Con el apoyo de comunidades locales y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en la Argentina, el INTA instaló una red de 380 monitores, que evalúa el estado de la vegetación y del suelo.
Los procesos de erosión y desertificación –acentuados por la actividad humana– afectan las tierras áridas y semiáridas de la Patagonia, que representan el 50 % del territorio continental de la Argentina. Allí, los pastizales naturales conforman un ecosistema único en su tipo, debido a que poseen una gran diversidad biológica, generan hábitats para la fauna nativa, regulan el suministro de agua y constituyen la base de la ganadería.
Junto con las comunidades locales y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en el país, el INTA instaló una red de 380 monitores que se extiende desde la provincia de La Pampa hasta Tierra del Fuego. Esto permite observar el estado de la vegetación y del suelo y analizar la tendencia de algunos indicadores de los pastizales naturales, información que es utilizada por los productores para planificar el manejo sustentable de los establecimientos.
“El sistema está orientado a evaluar cambios en el suelo y la vegetación a escala regional”, señaló Gabriel Oliva, técnico del INTA Santa Cruz y coordinador de la red Monitoreo Ambiental para Regiones Áridas y Semiáridas –MARAS–. Además, aseguró que los monitores son “herramientas valiosas que pueden proporcionar datos vinculados con la estructura y funcionamiento de estos ambientes, de manera sistemática y objetiva”.
La iniciativa comenzó en 2008 en el marco de un proyecto del Fondo Mundial para el Medio Ambiente y tiene como antecedentes el programa australiano WARMS y otro similar encabezado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Conocer para cuidar
Donaldo Bran, referente del INTA en el Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación, remarcó que “MARAS constituye una amplia red de escala regional que, con una metodología unificada, no sólo facilita el seguimiento a largo plazo de la vegetación y del suelo, sino también la comparación de los distintos pastizales”.
Bran indicó que “las primeras lecturas realizadas por la red permitieron obtener un diagnóstico de la situación actual de los pastizales: diversidad, cobertura, estructura y contenido de materia orgánica y nutrientes del suelo”.
Asimismo, agregó que “las siguientes mediciones evaluarán la tendencia de estas variables, es decir, la respuesta de los pastizales a la combinación de condiciones climáticas e intervención humana”.
Del proyecto argentino participan más de 50 investigadores de diferentes entidades como el INTA, la Universidad Nacional de la Patagonia Austral y la Universidad Nacional de Buenos Aires. Además, se destaca el Centro de Investigaciones Patagónicas y el Centro Científico Tecnológico Mendoza, ambos coordinados por el Conicet, y otros organismos provinciales y nacionales, como la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
Fuente: INTA