En el marco del Programa Nacional de Gestión de Residuos Radiactivos, la CNEA comenzó a operar la nueva Facilidad de Almacenamiento de Combustibles Irradiados de Reactores de Investigación (FACIRI), en el Centro Atómico Ezeiza.
El jueves 9 de abril se inauguraron formalmente las nuevas instalaciones de la FACIRI, donde se reciben, almacenan e inspeccionan todos los combustibles gastados que se generen durante la vida útil de los reactores de investigación del país.
Buena parte de esos combustibles provienen del RA-3, el reactor de investigación y producción de radioisótopos que se encuentra funcionando desde 1968 en el CAE. Este reactor tiene una descarga promedio de 12 combustibles por año. Muchos de ellos ya fueron transferidos desde su actual depósito a la FACIRI, donde también se almacenarán los que genere en los próximos 25 años de operación.
Proceso de modernización El Programa Nacional de Gestión de Residuos Radiactivos (PNGRR) de la CNEA es responsable de implementar una adecuada gestión para los residuos nucleares y los combustibles gastados de todo el país.
Algunos de los sistemas para el tratamiento y el almacenamiento de residuos están operativos desde hace varias décadas, por lo que en los últimos años se ha emprendido un importante proceso de modernización.
Al respecto, el licenciado Oscar Novara, Responsable Primario de la FACIRI, comentó que “la instalación tenía ciertas obsolescencias que ya no hacían tan adecuadas las condiciones de almacenamiento. Este proceso de modernización fue muy oportuno porque da soporte y sustentabilidad a la actividad de nuestros reactores de investigación”.
Como parte del proceso de modernización, se diseñaron y construyeron las herramientas necesarias para la transferencia del combustible irradiado del RA-3 desde su depósito a las nuevas instalaciones. Entre ellas, se destacan los instrumentos necesarios para el manejo remoto y robotizado, las piletas para limpieza y acondicionamiento de los combustibles gastados, y la construcción de un vehículo blindado para el traslado del material radiactivo.
“Todas estas herramientas fueron diseñadas por la CNEA, y su construcción estuvo a cargo de empresas locales, las cuales fueron calificadas como proveedoras de componentes nucleares”, destacó el licenciado Novara.
Un día en la FACIRI
El Jefe de la Instalación describió cómo es un día de trabajo en la FACIRI: “Cuando ingresa un combustible, hay que recepcionar el transporte blindado y llevarlo hasta la zona de piletas. Eso se hace con un puente grúa y unos ganchos, porque son materiales muy pesados. Una vez que está descargado bajo el agua –que actúa como blindaje– se le realiza una inspección visual al combustible y luego se lo traslada al sector de las grillas de almacenamiento.
Todo eso se realiza bajo el agua, a profundidades que oscilan entre los 7 y los 16 metros. Además, tenemos un sistema de cámaras subacuáticas que nos permite seguir los movimientos de todo lo que se va haciendo debajo del agua”. La ARN otorgó a la FACIRI la licencia de puesta en marcha el 5 de septiembre de 2014, y el primer elemento combustible del RA-3 fue trasladado cinco días después.
Actualmente, hay 20 combustibles que han sido ubicados en los sistemas de grillas especiales, y faltan trasladar 200, que aún están en la antigua instalación.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
Las nuevas instalaciones permitirán almacenar en forma segura 608 elementos combustibles irradiados de tipo MTR por “vía húmeda”. Para ello, posee una pileta de 16 metros de profundidad con doble recubrimiento de acero inoxidable y un sistema de grillas que sujetan los combustibles bajo el agua. Asimismo, cuenta con una estación de monitoreo que, mediante cámaras subacuáticas, permite la inspección a distancia de forma permanente.
Fuente: CNEA