El método servirá para rastrear su origen geográfico y evitar que los consumidores chinos sean engañados cuando compran carne de alta calidad.
El Dr. Andrés Rogberg. |
El método, basado en tres herramientas que analizan el ADN, “podría utilizarse para monitorear adulteraciones en el etiquetado y evitar que carne de ganado chino se venda como importada de Argentina y de otros países”, indicó a la Agencia CyTA, uno de los líderes del trabajo, el doctor Andrés Rogberg, del Instituto de Genética Veterinaria (IGEVET), que depende del CONICET y de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata.
La cadena cárnica en China todavía es muy informal y está basada en razas locales conocidas en su conjunto como “ganado amarillo chino”. La carne importada, mayoritariamente de Argentina, Australia, Nueva Zelanda y Uruguay, se consigue en los grandes supermercados de cadenas internacionales y es considerada por los consumidores de ese país de calidad superior, lo que se refleja en su mayor valor. La adulteración no sólo produce un perjuicio económico directo a los países productores, entre ellos el nuestro, sino que también altera la percepción de la marca “carne argentina”.
“El test es eficaz”, destacó Rogberg. “Sirvió para diferenciar muestras de ganado provenientes de cuatro frigoríficos diferentes de China y dos razas japonesas”.
Un segundo estudio se realizó sobre muestras tomadas en carnicerías bonaerenses, para analizar si su carne podría ser identificada como de ganado amarillo chino por error. “Los resultados mostraron una distribución racial que es coincidente con la producción de la provincia (mayoritariamente Angus, Hereford o cruza con estas razas), y no se detectaron variantes chinas en ninguna muestra”.
El método, descrito en la revista de la Asociación Americana de Ciencias de la Carne, ya podría ser utilizado, aunque los investigadores están programando dos validaciones. “La primera se haría utilizándolo en una exportación real de carne argentina a China y la segunda se realizará para chequear carne etiquetada como argentina en supermercados de aquel país”, señaló el investigador.
El Centro Binacional China-Argentina para la ciencia y la tecnología agroindustrial fue creado y financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de nuestro país y su contraparte china para la investigación y el desarrollo en problemáticas comunes o complementarias en la agroindustria de ambos países. Junto al doctor Rogberg, participaron colegas de la UNLP, de INTA, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, de un laboratorio del Ministerio de Agricultura de China y de la Academia China de Ciencias de la Agricultura.