Un grupo de científicos argentinos descubrió un camino prometedor para estimular el crecimiento del pelo en zonas despobladas.
Microscopia electrónica de cultivos 3D de células de la papila dérmica encargadas de activar las células madre que dan origen al pelo. |
“Es un paso decisivo para el desarrollo futuro de fármacos” contra la forma más habitual de alopecia, dijo una investigadora.
Una estrategia para “despertar” células madre en zonas calvas podría transformarse en un enfoque prometedor para tratar el principal tipo de calvicie. Así lo propusieron científicos argentinos, quienes lograron identificar de qué manera las hormonas sexuales masculinas (andrógenos) interfieren con las señales químicas que propician la formación de cabellos.
“Si fuera posible estimular la diferenciación de esas células madre, podríamos incentivar el crecimiento de pelo en esa zona”, subrayó la doctora María Eugenia Balañá, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein (ICT Milstein), que depende del CONICET y la Fundación Pablo Cassará.
Una estrategia para “despertar” células madre en zonas calvas podría transformarse en un enfoque prometedor para tratar el principal tipo de calvicie. Así lo propusieron científicos argentinos, quienes lograron identificar de qué manera las hormonas sexuales masculinas (andrógenos) interfieren con las señales químicas que propician la formación de cabellos.
“Si fuera posible estimular la diferenciación de esas células madre, podríamos incentivar el crecimiento de pelo en esa zona”, subrayó la doctora María Eugenia Balañá, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein (ICT Milstein), que depende del CONICET y la Fundación Pablo Cassará.
Hasta el 95% de los casos de caída del cabello se explican por la alopecia androgenética o hereditaria: una condición en la que los andrógenos son responsables de la miniaturización de los folículos pilosos.
Ahora, los científicos hallaron que los andrógenos regulan la expresión de ciertos factores secretados por la papila dérmica que intervienen en la diferenciación de las células madre que dan origen al pelo. “El hecho de que exista un número normal de células madre en las regiones calvas del cuero cabelludo, hace pensar que hay una falla de los mecanismos encargados de activarlas”, dijo Balaña, quien es jefa del Laboratorio de Células Madre Epiteliales e Ingeniería de Tejidos en el ICT-Milstein.
Los investigadores hicieron crecer células madre y células de la papila dérmica de origen humano en placas de cultivo y estudiaron el modo en que interactuaban en presencia o ausencia de andrógenos y proteínas que fomentan el desarrollo capilar.
De acuerdo a Balañá, los experimentos permitieron demostrar que, por acción de los andrógenos, las células de la papila dérmica producen moléculas o señales alteradas y pierden la capacidad de “comunicarle” a las células madre que deben formar la fibra.
“Se trata de un paso decisivo para el desarrollo futuro de drogas que puedan ser transferidas al mercado”, enfatizó la investigadora. Saber cuáles son las moléculas liberadas por las células de la papila dérmica que se hallan modificadas por acción de los andrógenos “permitirá suplir las moléculas pérdidas o eliminar otras no deseadas como mecanismos terapéuticos novedosos para la alopecia androgenética”.
El trabajo fue publicado en la revista “Molecular and Cellular Endocrinology”. Del avance también participaron otros colegas del ICT-MIlstein: el doctor Gustavo Leirós, la licenciada Ana Gabriela Kusinsky y la doctora Julieta Ceruti.
Fuente: Agencia CyTA