El hallazgo de científicos del INTA, el CONICET y la UADE podría ser aprovechado para la elaboración de papel, alimentos, biocombustibles y otros productos.
Microscopía electrónica de la bacteria de interés industrial. |
El genoma de una bacteria nativa de interés para la industria papelera, textil, alimenticia y de biodiésel fue descifrado por un equipo de científicos.
Hoy, esos sectores productivos emplean enzimas que tienen la capacidad de degradar material vegetal para obtener materiales que sirvan para la elaboración de sus productos.
Tal como se describe en la revista “Genome Announcements”, los investigadores decodificaron la secuencia de ADN de una bacteria aislada de una muestra de suelo de un bosque nativo de Misiones. “Si bien es similar a otras cepas de esa clase de microorganismos, presenta algunas diferencias que permitirían identificar enzimas novedosas”, señaló a la Agencia CyTA-Leloir la líder del proyecto, la doctora Eleonora Campos, investigadora del CONICET en el Instituto de Biotecnología del INTA, en Hurlingham, Provincia de Buenos Aires.
La estructura y función de las enzimas dependen de la información de las cuatro unidades básicas o letras que conforman el ADN de las bacterias: la adenina (A), la guanina (G), la citosina (C) y la timina (T). En la mayoría de los genomas de esos microorganismos, se registra una distribución relativamente homogénea de las cuatro letras que lo conforman y cuya combinación determinan el “modelo” de enzima que fabricarán.
Pero la bacteria estudiada, la cepa B6 del género Cellulomonas, tiene la particularidad de tener un genoma con porcentaje de bases guanina y citosina muy alto, mayor de 75%. “Eso no es frecuente”, destacó Campos. “Además, fabrica enzimas con una alta capacidad para degradar celulosa, lo que la convierte de alto interés industrial.”
La industria papelera, textil y alimenticia puede beneficiarse de la producción a gran escala de esas enzimas que podrían reemplazar, al menos parcialmente, el uso de químicos nocivos para la salud y el medioambiente, indicó la investigadora.
Del trabajo también participaron el licenciado Gonzalo Sabarís Di Lorenzo, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA; las doctoras Florencia Piccinni, Paola Talia y Silvina Ghio, del INTA; y Yanina Murúa y Máximo Rivarola, de la UADE.
Fuente: Agencia CyTA