Científicos de la UBA estudian en modelos animales la actividad analgésica y antiinflamatoria de compuestos extraídos del “molle”. Por ahora, los resultados son promisorios.
La búsqueda de nuevos agentes analgésicos y antiinflamatorios constituye un continuo desafío. Si bien se cuenta con drogas eficaces para el tratamiento del dolor y de los procesos inflamatorios, como los corticoides y los fármacos de la familia de la aspirina, su uso crónico puede generar efectos colaterales.
Ahora, científicos de la UBA están examinando el potencial de una especie autóctona argentina para no sólo aliviar el dolor sino también tratar afecciones inflamatorias crónicas, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
Ahora, científicos de la UBA están examinando el potencial de una especie autóctona argentina para no sólo aliviar el dolor sino también tratar afecciones inflamatorias crónicas, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
La planta en cuestión es Lithrea molleoides, conocida vulgarmente como “molle”, “chichita”, “molle de Córdoba” o “molle de Beber”, muy difundida en el centro y norte del país. En medicina tradicional, se usan las infusiones o decocciones para tratar diversas afecciones y condiciones, incluyendo inflamaciones del tracto digestivo y respiratorio, artritis, heridas sangrantes (como cicatrizante), espasmos e infecciones bacterianas y fúngicas.
Según explicó la doctora Susana Gorzalczany, profesora adjunta de Farmacología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA y autora principal de la investigación, los extractos acuosos de partes aéreas del molle y dos de sus compuestos identificados, los ácidos vainíllico y shikímico, poseen propiedades “antinociceptivas” (equivalentes a la analgesia en humanos) en ratas y ratones a los que se les indujo dolor agudo con sustancias químicas.
“En los modelos experimentales estudiados, estos compuestos presentaron un comportamiento similar a los analgésicos no esteroides (AINES), como la aspirina y el ibuprofeno”, señaló Gorzalczany, quien también avanzó en la dilucidación del mecanismo molecular del efecto.
Por otra parte, dos de los compuestos identificados, el metilgalato y el ácido elágico, también mostraron actividad antiinflamatoria en modelos preclínicos agudos de inflamación. Los científicos creen que ambos podrían ser útiles en la terapéutica de patologías como la colitis ulcerosa o el síndrome de Crohn, una enfermedad intestinal inflamatoria de origen autoinmunitario que afecta a 1 a 10 personas de cada 100.000. Y para la cual todavía no existe cura.
“En la literatura clásica farmacobotánica están descriptos usos medicinales folclóricos relacionados con trastornos digestivos e inflamatorios del molle”, enfatizó Gorzalczany. Los primeros estudios con metilgato en un modelo de colitis de rata, que reproduce algunas características de la enfermedad en humanos, tuvieron “resultados promisorios”, añadió.
“El desafío actual es buscar compuestos de origen natural con actividad antiinflamatoria y analgésica que sean útiles en la clínica, solos o asociados con las drogas que se emplean hoy, para que mejoren las respuestas terapéuticas o bien reduzcan los efectos adversos”, concluyó la investigadora.
Del trabajo también participan colegas de la Cátedra de Farmacognosia de la FFyB y del Instituto de Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA), que depende de la UBA y del CONICET.
Fuente: Agencia CyTA