En la jerga científica se conoce como “eye tracker” a un seguidor de la dirección de la mirada que cuesta alrededor de 50 mil dólares. La innovación argentina propone un software sin costo utilizable en cualquier computadora con web cam; favorece la detección de trastornos ligados con el autismo.
Las doctoras Furland y Sindelar, la licenciada Cintas y los doctores Seminara y Delrieux. |
El proyecto se consagró ganador del concurso “Subvenciones FRIDA” (Fondos Regionales de Innovación Digital para América latina y la Región), organizado por LACNIC (Latin America & Caribbean Network Information Centre), una ONG que financia proyectos de desarrollo de tecnología en América Latina que utilicen Internet como vector de cambios sociales positivos.
Investigadores del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Computadoras (DIEC) de la Universidad Nacional del Sur (UNS) junto a la fundación Emily Fenichel, una organización no gubernamental sin fines de lucro dedicada al diagnóstico y rehabilitación de los niños y adolescentes con diversas patologías, son los responsables del desarrollo informático.
En diálogo con la Agencia CTyS, uno de sus desarrolladores, el Doctor Claudio Delrieux, explica que para funcionar, el proyecto no requiere ningún tipo de equipamiento específico. Con la cámara web de una computadora resulta suficiente.
El equipo de investigadores basó su trabajo en la elaboración de algunos indicadores, entre ellos que el niño autista evita mirar a los ojos de los adultos, inclusive los de la mamá. Por lo tanto, el software exhibe ante el pequeño una playlist con fotos, videos, y otros elementos cuidadosamente elegidos para darle a la prueba un valor diagnóstico, y va siguiendo su mirada para determinar en qué puntos la fija y por cuánto tiempo. “Es un sistema preclínico que pretende funcionar como un llamado de alerta para los padres”, asegura Delrieux.
“La condición es empezar a trabajar con el niño lo antes posible porque hay una cuestión anatómica con la madurez, con el desarrollo biológico del cerebro que, al no generar los estímulos necesarios en el momento adecuado, se vuelve irreversible”, agrega el investigador del DIEC.
Según Delrieux, “no es lo mismo que los padres perciban que algo no está del todo bien con su hijo a los nueve meses porque su comunicación no madura de acuerdo a lo esperado, que hacerlo a los cuatro meses. En el caso del autismo, cada día es determinante en las posibilidades de lo que el niño autista puede llegar a revertir mediante un tratamiento adecuado”.
Se calcula que en Argentina uno de cada 88 varones tiene alguna condición relacionada con el espectro de trastornos vinculados con el autismo y en los últimos 40 años los casos se multiplicaron por diez.
El funcionamiento del software no se detiene en promover la detección temprana, sino que permite copiar la información recibida en la “nube” con múltiples propósitos: “Buscamos tener datos demográficos para obtener cifras de lo que ocurre en Argentina, desagregadas en términos geográficos, edad de las madres, condiciones de nacimiento del niño, grupo étnico y social, y así generar políticas públicas”, expone Delrieux.
La directora del proyecto y presidenta de la fundación Emily Fenichel , la Doctora María Teresa Sindelar, desarrolla desde hace años, en diferentes partes de Europa, terapias especificas relacionadas con la detección precoz del autismo.
Fuente: Agencia CTyS