miércoles, 1 de julio de 2015

Bioscience diseñó un dispositivo para monitoreo remoto de pacientes

Una empresa diseñó un dispositivo que se adhiere al cuerpo y permite el monitoreo de señales biomédicas de pacientes en su propio hogar como si estuvieran en un hospital.


Agencia TSS – La empresa Bioscience desarrolla en la Argentina hardware y software para equipos de diagnóstico de neurología desde hace más de una década. Hace tres años empezó a desarrollar una línea de productos en telemedicina, mediante la cual se toman los datos biomédicos de un paciente en el lugar donde se encuentre y posteriormente son enviados a través de la red de telefonía celular.

Un software basado en Internet recibe los datos y permite que médicos, enfermeras o usuarios autorizados puedan ver en tiempo real esos indicadores, o “biomedidas”.

El dispositivo, llamado Biocel, transmite un canal de electrocardiograma (ECG) –es decir, la señal continua de ECG y no solo el valor de la frecuencia, como pueden medir algunas pulseras y relojes– con una resolución similar a la de cualquier equipo estándar.

Se trata de un pequeño dispositivo que se adhiere al cuerpo y que también puede registrar y transmitir en forma permanente diversas señales como presión arterial, glucosa, temperatura, oximetría y otros valores biométricos como el peso. El equipo tiene tres canales cableados en los que, por ejemplo, se podrían colocar los sensores de ritmo cardíaco, presión arterial y oximetría, y canales inalámbricos por los que se pueden conectar hasta siete dispositivos en forma simultánea a través del estándar inalámbrico Bluetooth. A esos canales podrían conectarse, por ejemplo, una balanza, un tensiómetro o un glucómetro.


Los sensores utilizados son estándar, pero para la emisión de algunas señales (como en el caso del electroencefalograma) utilizan una tecnología propietaria diseñada por la empresa. El dispositivo tiene amplificadores, filtros y una memoria buffer para que no se pierda información durante la transmisión. En caso de que no haya buena señal 3G, el equipo acumula los datos y posteriormente los envía manteniendo al mínimo el retardo. Así se permite que los médicos o enfermeros puedan ver los valores recabados desde un teléfono móvil, una tableta o una computadora de escritorio con un panel de instrumentos, donde se puede visualizar la evolución de los valores y las tendencias.

El dispositivo cuenta con otra capa de información para que las áreas de sistemas de las instituciones médicas puedan monitorear la actividad de los sensores, la transmisión de datos y los parámetros que están tomando. Una última capa de información fue diseñada para que las empresas de telecomunicaciones puedan dar de alta la tarjeta SIM de 3G y poder verificar que esté transmitiendo correctamente. Esto permite que, en caso de ocurrir algún problema, se pueda determinar dónde está su origen y saber si corresponde reclamar a la empresa de telecomunicaciones, al hospital o al fabricante del dispositivo.

Claudio Bedoya, fundador y director de Bioscience, explica que “en general, y en este momento en que estamos lanzando el dispositivo, los clientes son hospitales que lo utilizan para pacientes crónicos a los que pueden monitorear en sus casas”. De esta forma, los hospitales pueden bajar los costos de internación cuando no es imprescindible realizarla.

Para resguardar la privacidad de los datos de los pacientes, las variables biomédicas de cada uno son identificadas con un número, mientras que la correlación entre el nombre de ese paciente y su identificación solo queda en poder del hospital.

En cuanto al proceso por el cual se llegó a este dispositivo, Bedoya explica que “el proyecto fue traccionado por los clientes y por las tendencias globales. Empezamos por una solución a nivel de prototipo y luego fuimos incorporando consultores al equipo. Tenemos un par de médicos informáticos que trabajan en un servicio de cardiología de un hospital y que nos ayudaron en el proceso de sintonía fina, porque una cosa es lo que diseñan los ingenieros y los programadores, y otra cosa es la vida real”.

Fuente: TSS