El desarrollo de la idea sólo les tomó 23 horas, y ganaron una competencia mundial promovida por una decena de empresas y la Universidad de Quebec (Canadá). El dispositivo, que tiene como fin el uso racional de agroquímicos, semillas y agua dulce, permitiría ahorrar más de 6.900 millones de pesos al año en insumos desaprovechados, generar ahorros en agua y combustible, y una agricultura más ecológica.
Estudiantes y graduados de la Universidad Nacional del Sur propusieron un sistema de medición y monitoreo de parámetros en la agricultura en tiempo real, a partir del uso de tecnologías digitales. “El sistema realiza un mapeo por medio de señales infrarrojas que permite conocer la longitud de onda reflejada por cada planta de acuerdo a la tonalidad de su color. Con esta información se define su estado identificando falta de nutrientes específicos, agua o presencia de enfermedades”, señala Ana Dingebauer Weber, estudiante de Ingeniería Mecánica, a Argentina Investiga. Ella formó parte de un grupo de nueve investigadores que ganó la competencia mundial “24 horas de la innovación”, organizada por varias empresas y la Universidad de Quebec (Canadá).
Los creadores sostienen que el equipo sería muy económico, y que podría instalarse en todo tipo de equipos pulverizadores de riego motorizados o sembradoras ya existentes. Así, podrían conocerse las condiciones del cultivo y suministrar con exactitud los agroquímicos, semillas y agua, y minimizar de esta manera el desperdicio de recursos naturales.
“El sensor utilizado es un transductor óptico que censa el estado de las plantas. Según el color se obtiene una variación en la dosis de herbicidas o fertilizantes, o para manejar equipos de riego. Sumado a un sistema de posicionamiento satelital (GPS) se pueden almacenar estos datos en una computadora que hace un mapeo geo-referenciado en tiempo real. Eso permite optimizar el uso de recursos a lo largo del tiempo”, explicaron los integrantes del equipo.
“Este sistema permitiría ahorrar hasta un 90% de agroquímicos, promoviendo una agricultura más ecológica, porque libera sólo la cantidad necesaria de productos en un área más definida. El ahorro de agua permite conservar mejor este recurso, y utilizar maquinaria más pequeña, lo que también significa ahorrar combustible y disminuir la contaminación”, agregan.
Otra ventaja es contar con información para mejorar la planificación de siembra, cosecha y rotación de cuadros. Los datos almacenados sirven para prever modelos sobre los resultados finales del cultivo, y dosificar los nutrientes a las zonas requeridas, además de realizar la siembra con cantidades óptimas de semillas. El sistema es de bajo costo y puede aplicarse a maquinaria ya existente, y el ahorro que permite en insumos lo vuelve rápidamente amortizable.
El equipo -que se bautizó “Inno-Bar”- estuvo integrado por el magíster Santiago Maíz; Leonardo Dimieri y Francisco Iaconis, estudiantes de Física; Francisco Brañas, Emiliano Buhlman y Nicolas Maureira, quienes cursan Ingeniería Mecánica; y Ana Paula Dingebauer, Tomas Burgos y Maximiliano Jalif, de Ingeniería Industrial.
Cómo fue el concurso:
La competencia “24 horas de innovación” tiene alcance global y es organizada por la Escuela de Tecnología Superior de la Universidad de Quebec (Canadá). El segundo y tercer premio correspondieron a dos equipos franceses. Al inicio del evento, por medio de una videoconferencia se presentan los retos creativos, enviados por empresas patrocinadoras, administraciones públicas o investigadores. Cada equipo elige su reto y trabaja durante 24 horas para dar respuesta al desafío. Los equipos tienen 23 horas para desarrollar el proyecto y presentarlo en la forma de un video en Youtube con una duración de 2 a 3 minutos. El jurado local elige al equipo ganador en cada sede, quien los representará en la competencia internacional.
Fuente: Argentina Investiga