Esta semana, investigadores de la UNLP, estarán a cargo de la instalación del primer telescopio de muones en un volcán de América Latina.
Es un trabajo conjunto de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas y la Universidad de Claude Bernard Lyon 1, de Francia.
¿Cómo están las paredes del Copahue? ¿La circulación de fluidos en su interior está afectando su estructura? Esta semana se instalará el primer telescopio de muones en un volcán de América Latina y, durante un año, va a generar datos para estudiarlo. El telescopio viajó desde Francia hasta La Plata, y esta semana llegó a Caviahue gracias al trabajo conjunto de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP y la Universidad de Claude Bernard Lyon 1, en Francia. Va a servir para hacerle una “radiografía” al volcán y ver en qué estado está. El Copahue es uno de los cinco volcanes más peligrosos de Argentina por su actividad y porque puede afectar a la población cercana.
En mapuche, Copahue quiere decir lugar de azufre. Es un volcán activo que está al noroeste de la provincia de Neuquén, en la Cordillera de los Andes. En los últimos 250 años entró en erupción doce veces y la última fue en diciembre de 2012. Según el Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV), desde ese momento emitió ceniza de manera casi permanente. Por eso, y porque las localidades de Copahue y Caviahue están a menos de 20 km, está considerado el de mayor riesgo de Argentina.
Hacerle una radiografía a un volcán de 2997 metros de altura
Es la primera vez que sucede algo así en América Latina, en Estados Unidos o en Canadá: “Nuestro proyecto, la tomografía de volcanes, es el primero de toda América. En Estados Unidos han utilizado la técnica de muones pero para otras aplicaciones vinculadas a la minería”, dice el Dr. Fabio Zyserman.
Cuando alguien le pregunta a Matías Tramontini si está orgulloso de que por primera vez se instale un telescopio de muones en el continente, se pone colorado. “Así sea el primero o el décimo, siempre va a ser algo importante”, dice. El proyecto de instalación del telescopio, análisis y recolección de los datos sobre el volcán es parte de su doctorado en Geofísica del CONICET – FCAG-UNLP. Hasta la tesis de Matías, nadie en la Facultad había hecho física de muones.
Marina Rosas Carabajal es su directora y es el vínculo con la Universidad Claude Bernard Lyon 1 de Francia, ya que es investigadora del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) en el Instituto de Física de la Tierra de París, dentro del equipo de Sistemas Volcánicos.
El telescopio vino desde Francia y, después de la firma de un convenio de comodato, intervino la UNLP. El proyecto es el resultado de la coordinación y trabajo de muchas personas: investigadores franceses, la gestión de la Facultad, del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica, el personal de las áreas de Relaciones Institucionales y de Comercio Exterior de Presidencia de la UNLP. “En mi postdoctorado empecé a trabajar sobre volcanes y mi sueño era poder llevar un detector a la Argentina. Lo logramos gracias a mucha gente e instituciones”. El codirector de Matías es Fabio Zyserman, que es doctor en Física, profesor de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas e investigador independiente del CONICET.
En el equipo de investigadores también está Gabriel Castroman, que fue estudiante de doctorado de Zyserman y está haciendo una beca postdoctoral dirigida por Marina en temas relacionados a volcanología.
“El Copahue es uno de los 5 volcanes más activos de Argentina y está catalogado como peligroso porque hay poblaciones cerca. Por eso, queremos instalar el telescopio en la ladera del lado argentino. De este proyecto de investigación no van a salir conclusiones urgentes. De alguna manera es ciencia básica y el proyecto está destinado a entender el comportamiento del volcán”, dice Zyserman.
Con la radiografía de muones se puede caracterizar la estructura de un volcán; es un método geofísico que está empezando a usarse. “Si vemos que la densidad es muy baja, quiere decir que posee una roca que ha sido muy alterada o que tiene muchas fracturas. Y eso, en general, nos está diciendo que es un volcán mecánicamente frágil, por lo cual tiene un riesgo alto de que haya o pueda haber una tendencia a un colapso del edificio volcánico”, agrega.
Una tonelada en helicóptero
El telescopio de muones pesa casi una tonelada y, para instalarlo, van a subir las partes desarmadas en helicóptero hasta el punto en el volcán donde se va a instalar. Una vez en la montaña Fabio Zyserman, Marina Rosas Carabajal, Matías Tramontini y Gabriel Castroman, van a recibirlo, armarlo y calibrarlo. “Matías armó unas simulaciones del terreno así que sabemos cómo es el punto elegido”, dice Marina.
¿Qué es un muon?
“Cualquier partícula cargada podría disparar una señal en nuestro detector, entre ellas los muones. La señal consiste en una emisión de luz en los centelladores que componen los paneles de detección del telescopio. Al pasar un muon por los tres paneles podemos determinar su trayectoria y de esa forma saber de dónde viene. Eso nos sirve para determinar si atravesó el volcán o no. Si lo atravesó es una partícula que nos interesa”, dice Marina Rosas Carabajal.
El telescopio está desarrollado para que pueda soportar la nieve, las bajas temperaturas y las inclemencias climáticas. Tiene un sistema electrónico que va a registrar los datos que reciba y, a través de una antena, va a enviar los datos en tiempo real a través de una red de monitoreo que unirá Caviahue, en Neuquén, La Plata y Lyon, en Francia.
“Lo que hacemos es mirar las variaciones que hay en el flujo de muones que recibimos en el telescopio y eso lo relacionas con el cambio de contenido de masa del volcán. Dentro del volcán hay un sistema hidrotermal activo, que es capaz de producir variaciones de masa y temperatura. La lluvia y nieve podrían alterar la dinámica de ese sistema. Si vos sos capaz de medir esos cambios, podés estudiar y tratar de predecir esa influencia”, finaliza Fabio.
Fabio, Marina, Gabriel y Matías están en Copahue hace una semana: su objetivo era dejar instalado el telescopio arriba de la montaña. Pero hay mal clima y la tormenta de nieve no los está dejando trabajar. Por eso, en el caso de no poder instalarlo en la cima, van a instalarlo en la base y dejarlo midiendo hasta que el tiempo mejore y puedan reubicarlo.
Fuente: Pulso Noticias