El método de investigadores de Neuquén reduce la exposición al níquel, aplicado en industrias como la automotriz, la aeroespacial, la electrónica y la petrolera y gasífera. El costo para la empresa “sería prácticamente nulo” y hasta el uso del residuo podría permitir un rédito extra.
Investigadores de Neuquén pusieron a punto una técnica capaz de disminuir casi en un 100% un contaminante tóxico para el hombre y su entorno que produce la industria del niquelado químico, empleado en sectores como el automotor, aeroespacial, electrónico y petrolero.
La exposición a altas concentraciones de níquel produce dermatitis, fibrosis pulmonar, enfermedades cardiovasculares o renales, e incluso cáncer, de acuerdo con un informe de 2018 elaborado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).
“Si bien aún no se han efectuado pruebas a escala industrial, es muy factible de aplicarse”, afirmó a la Agencia CyTA-Leloir la primera autora del estudio, la doctora Susana Martínez Stagnaro, del Instituto de Investigación y Desarrollo en Ingeniería de Procesos, Biotecnología y Energías Alternativas (PROBIEN), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional del Comahue y tiene su sede en la ciudad de Neuquén.
Lo interesante de la técnica descontaminante es que se basa, tal como revela la revista “Journal of Hazardous Materials”, en el empleo de un reactivo llamado “hipofosfito de sodio”, que la propia industria del niquelado químico emplea en sus procesos productivos.
“La industria podría emplear nuestra técnica sin necesidad de invertir en la compra de nuevos productos”, destacó Stagnaro, quien también es docente investigadora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue, en Neuquén.
Tras la realización de muchas pruebas, los científicos identificaron la cantidad de hipofosfito de sodio y las condiciones (temperatura, acidez y otras variables) que deben aplicarse en efluentes residuales de la industria de niquelado. El objetivo es producir una reacción química capaz de liberar al ambiente hidrógeno, un gas totalmente inocuo, mientras se genera un precipitado que contiene hasta un 99,5% del níquel que inicialmente se encontraba disuelto. “De esta manera, se elimina del medio acuoso el metal contaminante”, explicó la científica del CONICET.
Stagnaro afirmó que la industria del niquelado dispone de piletas con agitación neumática y calentamiento por mecheros que podrían utilizarse para el tratamiento del residuo que generan. Y agregó que, “si vemos la relación beneficio/costo, el costo para la empresa sería prácticamente nulo, ya que solo requeriría mayor gasto de uno de los reactivos que ya utilizan”.
Pero, además, el precipitado obtenido bajo las condiciones óptimas de tratamiento resulta en partículas magnéticas empleadas en la producción de “fluidos magneto-reológicos” que son empleados en dispositivos mecánicos, tales como frenos y embriagues.
“Si consideramos que desde un residuo se puede obtener un producto, quienes se interesen en aplicar esta tecnología en sus plantas industriales podrían obtener un rédito económico extra a su actividad original”, manifestó Stagnaro.
Del avance también participaron César Mesquida, Susana Ramos y Alejandra Giaveno, de PROBIEN; Matías Stábile, del Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica de La Plata; y Roberto Zysler, del Centro Atómico Bariloche.
Fuente: Agencia CyTA