Eduardo Rosales y sus tres socios fundaron una empresa que hoy es paradigmática en el país. Con Miguel Fortunato, Roberto González y Edgardo Ferreyro, unieron la experiencia y capacidad de estos ingenieros electromecánicos, con su pericia para los negocios y estrategias, y crearon Jet Oil Technology, la empresa petrolera más moderna del país.
Por este proyecto recibieron una mención de honor por parte de la FEM (Federación Económica de Mendoza) en la categoría Innovación y Diseño en el 2021, cuando la entidad entregó el premio Joven Empresario Mendocino. En 2019 participaron de la Experiencia Endeavor, la organización que se encarga de potenciar talentos y visilizar la innovación.
Para seguir buscando oportunidades ahora Rosales irá a la feria del petróleo que se hará en Canadá los primeros días de junio, la Global Energy Show. Por esos mismo días el gobernador Rodolfo Suarez también irá a Canadá a un feria similar pero orientada a la minería. La pyme tiene en la mira ampliar sus exportaciones a ese país.
"Los socios fundadores de la empresa somos cuatro. Surgimos como una empresa de ingeniería, con una fuerte innovación en el petróleo, nos transformamos en una petrolera, porque integramos las fases. Nuestra vertical de desarrollo fuerte fue inicialmente el servicio de torres (petroleras)", explicó Rosales, Magister de Gerenciamiento de Negocios agroindustriales egresado de la UNCuyo.
A modernizar la industria petrolera
Los cuatro mendocinos mencionados crearon una empresa que vino a cubrir una necesidad de modernización industrial en el mundo de la explotación petrolífera, y hoy se diversifica y vende tecnología en el mundo.
"Esta idea de la empresa surge por allá en el 2012. En la industria petrolera convencional hay torres, y que son la de Perforación, que es lo máximo en equipo, lo más caro, más potente. Después le sigue un equipo que se llama Workover, que es un equipo que se usa después que perforás el pozo, lo termina y lo interviene cuando se rompe. Luego viene un equipo que se llama Pulling en Argentina y Latinoamérica, y en el mundo se llama Light Workover; y finalmente el equipo Flush-by", detalló Rosales.
"La tecnología de esas torres en Argentina, en su mayoría data de los años '60, '70, en un 20%; o en el mejor de los casos, de los '80 y '90 -un 40%-; y después pueden haber equipos del 2.000 -10 o 15%- y una minoría, aislada, de algún equipo chino, en Comodoro Rivadavia, nuevo", agregó.
El problema estaba planteado, y la visión del negocio señalaba solucionarlo. "Entonces se nos ocurrió innovar por el año 2012, ya que nadie lo hace, y adaptarlo a la cuenca argentina. En vez de hacer equipos tan grandes, quisimos hacerlos más rápidos, más ágiles y seguro, más eficientes. Por lo tanto, menor costo de operación. Es que en esa época había mucho campo petrolero abandonado por los altos costos, algo que ha vuelto ahora".
"Nos pusimos a trabajar en el proyecto, y se dio la situación de ya tener el diseño, los planos, y nos preguntamos que quién iba a poner la plata. Nos presentamos a un proyecto del Banco Mundial para Latinoamérica, a través del Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación, y ganamos", recordó Rosales, quien fue en su momento presidente de la Cámara de Comercio e Industria de San Rafael.
El impulso inicial estaba dado y la idea también. "Ahí arrancamos. El crédito tenía como finalidad constituir la empresa de base tecnológica, y generar el prototipo. En 2015 constituimos la empresa y generamos el prototipo, creamos una de las pocas empresas que no agarró el dinero y desapareció. Fuimos los únicos que rendimos hasta el último centavo", señaló orgulloso del perfil profesional y ético de la empresa.
Máxima eficiencia y mínimo impacto ambiental
El producto ideado, las torres de petróleo, pasaron del tablero de diseño al campo a producir. "Comenzamos a trabajar con nuestro prototipo que tiene un promedio de eficiencia de un 40% más que los equipos antiguos. Ni hablar de la seguridad, altísima, y además tiene una huella de carbono (contaminación) de un 50% menos, en un principio, y va a mejorar".
"Un equipo convencional, trabajando 24 (horas) por siete (días), consume 3.000 o 4.000 litros de gasoil por semana. Nosotros no llegamos a 1.000 litros. Ya en emisiones de gases, tenemos todas las ventajas", destacó otras de las ventajas del producto propio, agregando luego: "Respecto a la contaminación auditiva, una torre común mete un sonido que se escucha a kilómetros. "Nuestro equipo, a diez metros, no sabés si está andando o parado. Porque funciona con el motor a combustión interna, pero la unidad tractora es totalmente hidráulica y eléctrica. Mezcla los tres sistemas".
Si algo necesita nuestro país, desde sus inicios, es saber vender al exterior productos manufacturados, y más acá en el tiempo, tecnología. "Nuestros equipos están 100% construidos acá, con proveedores de Córdoba, Buenos Aires, con la ingeniería totalmente creada por ingenieros de acá, de la UTN, y también algunos de la UNCuyo. Somos unas de las principales fuentes de empleo de ingeniería en lo que es lo local", informó Rosales, como dato no menor.
Por encima de toda grieta política
Otra características de los cuatro emprendedores mendocinos, es que no se quedan quietos ni apostando a una sola carta. Ya trabajan en la Generación II del equipo, que cada uno cuesta un millón de dólares, y los están haciendo en conjunto con el Ministerio de la Producción, apoyo provincial también, con Mendoza Activa.
"Acá, nosotros no tenemos grieta, porque nos apoyan todos los gobiernos. Desde el intendente de San Rafael (Emir Félix), para irnos al Parque Industrial; el Gobierno Provincial, con Mendoza Activa y de la Dirección de Innovación y Desarrollo Económico con Federico Morábito o programas de 4.0 que nos incluyen. En el Gobierno nacional, Prodepro es la gran línea que tiene el Estado para estas cosas", enumeró Eduardo, el encargado de la parte comercial y financiera de Jet Oil.
El crecimiento no para
Consultado Rosales sobre los nuevos desafíos, informó: "Actualmente trabajamos para una UTE (Unión Transitoria de Empresas) de Pluspetrol e YPF en el Sur de la provincia, en El Corcobo (Malargüe)".
También sumó que "estamos a punto de sacar nuestro segundo equipo, un Hot 02, un Light Workover, de 42 toneladas de capacidad de tiro, montado sobre una unidad tractora Scania enorme, de cinco por cuatro (metros). Estaría saliendo en agosto o septiembre, aún no sabemos para qué cliente, pero ya hay tres o cuatro de los grandes operadores que lo tomarían".
Rosales y otros socios viajarán al Global Energy Show de Canadá, una feria internacional que tiene un perfil más tecnológico donde los lleva la gente de la Cámara de Comercio Argentino-Canadiense. "Estaremos una semana con el objetivo de buscar tecnología, validación, y además, en el 2020, durante la pandemia decidimos variar y ofrecer también tecnología, que ya hemos exportado a Canadá, y ventas locales, trabajando con las hidroeléctricas de Mendoza".
"Son aplicaciones específicas para turbinas, compuertas, sistemas de refrigeración, para los diques Agua del Toro, y El Tigre, en San Rafael. Nuestro principal cliente es la empresa Pampa", detalló especificando.
Innovación también en lo financiero
Los cambios que ha impuesto esta empresa mendocina, no sólo queda en lo tecnológico. "Cuando comenzamos generamos un modelo de empresa que es muy americano (estadounidense) de capital abierto, algo muy raro en Argentina. Buscamos una empresa bursátil, y que por nosotros ahora tiene oficina en Mendoza y que se llama San Juan Bursátil. Con ellos ya llevamos tres rondas de capitales, y superamos los más de dos millones de dólares de capital. Emitimos acciones y sumamos nuevos socios", destacó Rosales.
El cambio tecnológico te aumenta la eficiencia, y vos podés hacer que se produzcan más barriles de petróleo, generar a su vez más regalías, producir más gas, y al poner más equipos en campo, y esto genera más empleo, empleo de calidad, y con más seguridad", aportó el presidente de la empresa, y agregó: "Siempre se dice que en la industria del petróleo es peligrosa, pero con nuestro sistema prácticamente no hay accidentes".
Fortalezas en la competitividad
Consiente de que el emprendimiento vino a revolucionar la forma de trabajar para ser competitivos, Rosales ejemplificó los logros alcanzados. "Con nuestra tecnología, es como ha pasado en las bodegas. En bodegas como Catena Zapata o Peñaflor, ves que desde que entra la uva, hasta que sale el vino, listo y subido al camión, antes usaba a 40 personas. Hoy hay cinco, y la eficiencia de la línea es 20.000 botellas por hora; antes era 5.000. Y encima los tipos tienen un montón de líneas".
El crecimiento, y el impulso del éxito alcanzado obligó a diversificar, a no quedarse quietos a estos empresarios mendocinos. "El petróleo no es nuestra única línea de trabajo. Estamos haciendo otros desarrollos. Ahora, en el workover hemos desarrollado un periférico, que nos están haciendo la parte rodante en Gualeguaychú. Es como una pileta gigante, que unifica tres periféricos de los equipos antiguos. En vez de hacer tres viajes entre un pozo y otro, vos hacés un solo viaje y llevás todo", informó.
Luego señaló que: "Además, para este periférico, estamos fabricando muchos de los componentes. Tenemos las ingeniería lista y el primer prototipo sale en octubre. Fabricamos llaves para caños, que es un dispositivo de unos 500kg, que hidráulicamente gira los caños, los enrosca y desenrosca con máxima seguridad para el operador. Esto no se hace en Argentina, se hace en pocos países, como Canadá, Estados Unidos o Italia".
Para concluir, Eduardo Adrián Rosales confió otra bondad de la tecnología que ofrecen. "La tecnificación propia en lo local no es poco y no hay antecedentes en Argentina, de ofrecer un servicio técnico local. A una empresa de torre, hoy si se le rompe esa torre, tiene que meter a un mecánico muy experto a romperla y hacerla de nuevo, o llamar a un técnico de Estados Unidos, de China o donde fuere. Es impensable el costo de traer a un tipo de estos, por unos tres días, que cobra en dólares y por hora, y encima exige alojarse en el Sheraton", finalizó.
Fuente: UNO