martes, 23 de junio de 2015

Científicos estudian las corrientes y masas de agua del Océano Atlántico Sudoccidental.

Un equipo de investigadores comandados por Martín Saraceno estudian, mediante datos obtenidos con equipos sumergidos y mediciones satelitales, las corrientes y masas de agua de la región del Océano Atlántico Sudoccidental

Buque oceanográfico Puerto Deseado (CONICET-SHN).

La zona examinada incluye la plataforma continental patagónica y el talud adyacente, dos de las zonas marinas más productivas del mundo.

En nuestra fantasía colectiva, quienes no sabemos mucho del tema creemos que todos los oceanógrafos son Jacques Cousteau. Que -en un delicado equilibrio entre científico, marinero y artista- navegan por el mundo estudiando el mar y sus criaturas. Algo de eso debe de haber, pero además, son investigadores que cumplen con las funciones típicas de todo investigador.

Así lo asegura el oceanógrafo Martín Saraceno, que –como director del Grupo de Oceanografía Satelital del Atlántico Sur y afines– se dedica, entre otros temas, a estudiar las corrientes y las masas de agua del océano, y su relación con la actividad biológica, la pesca y el cambio climático. “Como muchos investigadores, nos dedicamos buena parte del tiempo a presentar y administrar proyectos, y demás tareas burocráticas, pero un aspecto de la disciplina que efectivamente llama mucho la atención es la posibilidad de embarcar cada tanto y estar en contacto con el medio de estudio de forma mas directa”, afirma.

Los investigadores utilizan datos de campo, es decir mediciones que realizan con instrumentos que dejan en el mar por un período de tiempo o que obtienen durante las campañas oceanográficas; datos colectados a partir de sensores remotos y también a partir de modelos numéricos. La región en la que se especializan es la del Atlántico Sudoccidental.

“Una de las actividades del grupo es la ejecución del proyecto CASSIS (Corrientes del Atlántico Sudoccidental Satélite In Situ o Courants de l’Atlantique Sud-ouest Satellite In Situ en francés). Este proyecto existe gracias a que el CIMA (Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera) es parte de la UMI-IFAECI (Unidad Mixta Internacional – Instituto Franco-Argentino sobre Estudios de Clima y sus Impactos)”, sostiene Saraceno. Las unidades mixtas internacionales son laboratorios compuestos por equipos de investigadores de distintos países, que trabajan en colaboración.

El proyecto CASSIS apunta a mejorar la comprensión de la dinámica del Océano Atlántico Sudoccidental realizando un estudio exhaustivo de la circulación sobre la Plataforma Continental Patagónica, de la dinámica de la Corriente de Malvinas y de las interacciones que involucran ambas regiones.  Más allá de su interés científico, estos estudios también tienen un importante impacto socio-económico. La plataforma continental patagónica y el talud adyacente son dos de las zonas más productivas del océano mundial. Además, estas regiones tienen un impacto significativo en el balance de CO2 en la atmósfera, por lo que los procesos que ocurren en ambas regiones impactan el clima.

“Los objetivos del proyecto apuntan a obtener mediciones de larga duración (más de un año) en sitios específicos del Atlántico Sudoccidental, relacionar esas medidas con datos satelitales y finalmente mejorar nuestro conocimiento sobre la dinámica de las corrientes y de las masas de agua en la región”, explica Saraceno. “El año pasado logramos importar desde Francia dos contenedores literalmente llenos de equipos que en diciembre pusimos en el agua”, agrega.

Los instrumentos fueron distribuidos en ocho arreglos que se fondearon en la plataforma continental y en el talud continental, justo debajo de la traza de un satélite cuyo sensor mide la altura del agua de forma muy precisa. Los equipos quedarán en el agua durante un año a lo largo de una transecta ubicada en el norte de la plataforma continental argentina, luego se recuperarán y, después de bajar los datos colectados y cambiar las pilas, se volverán a fondear más al sur. “Los instrumentos fondeados miden la dirección y sentido de las corrientes, la temperatura, salinidad y presión in situ. De esta forma será posible validar los datos del satélite en esta región y relacionar las medidas sub superficiales con las del satélite. Este ejercicio no resulta trivial en la región, ya que hay muy pocas mediciones cuyos registros sean suficientemente largos para poder estudiar la variabilidad espacio temporal de las masas de agua y de las corrientes”, explica Saraceno.

Las mediciones realizadas por los investigadores y los datos obtenidos a partir de ellas resultan esenciales para comprender mejor cómo “funciona” el océano, cuál es su rol en el cambio climático y la relación entre la dinámica de las corrientes y la actividad biológica.

Del lado argentino participan en el proyecto CASSIS, tanto aportando equipos complementarios de medición como recursos humanos, el CIMA, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y el Servicio de Hidrografía Naval (SHN). Todos los equipos fueron fondeados utilizando el buque oceanográfico Puerto Deseado (CONICET-SHN) y el buque de salvamento SB-15 Tango (Prefectura Naval).

Otros trabajos que el grupo realiza son el empleo de modelos numéricos para determinar la exportación de aguas de la plataforma continental argentina en dirección al océano profundo, a través del Frente Subtropical de Plataforma y sus impactos biológicos. También el estudio de las corrientes y masas de agua que conectan el Pasaje de Drake con el Atlántico Sur y la explotación de los datos de altimetría satelital con el fin de mejorar los mismos cerca de la costa y en las plataformas continentales.

Fuente: NEX