jueves, 21 de julio de 2016

Estudian el funcionamiento de la psiquis a partir de herramientas matemáticas y computacionales

¿Hasta qué punto las computadoras pueden explicar o replicar el comportamiento humano? El físico Alejo Salles trata de comprender distintos aspectos del funcionamiento de la psiquis humana a partir de herramientas matemáticas y computacionales con las cuales se analizan datos de experimentos realizados tanto con niños como con adultos.


¿Hasta qué punto las computadoras pueden explicar o replicar el comportamiento humano? Es habitual encontrar que el psicoanálisis, la psicopedagogía o incluso la psiquiatría y la neurología sean las disciplinas cuyo objeto de estudio esté enfocado en la descripción de la psiquis y el comportamiento de las personas. Mucho menos frecuente es hallar que otras ramas del conocimiento científico –como la computación, la física o la matemática- amplíen su campo y sean quienes abordan el fascinante tema de la cognición. Pero, sin embargo, que las hay, las hay.

Aunque su formación indica que se trata de un físico cuántico, Alejo Salles empezó a trabajar en neurociencias hace varios años,  cuando regresó a la Argentina, después de realizar un doctorado y un posdoctorado en el extranjero. Aunque ha trabajado en varios temas, actualmente se ha abocado de lleno a la elaboración de modelos probabilísticos de la cognición, analizando datos de experimentos realizados tanto con niños como con adultos. Estos experimentos “miden” la conducta en dominios reducidos y apuntan a estudiar habilidades distintas como son la metacognición (capacidad de juzgar cuán bueno es uno realizando cierta tarea), teoría de la mente (capacidad de atribuir a los demás deseos y creencias distintos de los de uno mismo), o -más en general- la toma de decisiones en contextos de incertidumbre. Es que en el Laboratorio de Ciencias Cognitivas Computacionales, investigadores de distintas disciplinas se reúnen para tratar de comprender el funcionamiento de la psiquis humana a partir de herramientas matemáticas y computacionales.

“En la Argentina, la psicología está dominada por el psicoanálisis, al punto en que son casi sinónimos en el imaginario popular. Lo poco que escapa a esta idea es en relación con la clínica o terapias alternativas. La psicología como ciencia experimental ha tenido muy poco desarrollo en comparación con el resto del mundo, particularmente en lo que se refiere a perspectivas matemáticas sobre la misma. Nuestro abordaje es intrínsecamente interdisciplinario y busca romper con las fronteras actuales en el diálogo entre distintas áreas del conocimiento”, explica Salles cuando se lo consulta sobre su trabajo.

En el laboratorio del que forma parte Salles realizan modelos matemáticos de la conducta humana. La naturaleza de los modelos varía según el experimento en cuestión, pero por lo general están basados en la teoría de probabilidades y son siempre implementados en computadora. En muchos casos, la simulación de este tipo de modelos plantea un problema computacional interesante en sí mismo.  “Para describir matemáticamente la conducta humana hacemos experimentos en distintos dominios, similares a juegos de computadora que los participantes completan presencialmente o a distancia por Internet”, relata el investigador. Una vez observada determinada conducta, la contrastan con modelos probabilísticos que intentan explicarla de manera descriptiva. En muchos casos logran incluso demostrar que las decisiones humanas son óptimas.

“De esta manera buscamos determinar hasta qué punto los abordajes computacionales pueden ser empleados para describir el comportamiento humano a un nivel general. Nuestros esfuerzos van desde el procesado de información de bajo nivel (percepción, visión en particular) hasta funciones de más alto nivel como el razonamiento abstracto”, comenta. Además del trabajo con sujetos adultos, los investigadores del equipo trabajan en conjunto con colegas que llevan los experimentos a escuelas y jardines de infantes, de donde provienen los datos de niños.

Los modelos creados se basan en inferencia probabilística y también en la teoría de detección de señales. “Estos modelos tienen gran diálogo con ideas provenientes del campo de la computación y de la inteligencia artificial en particular”, afirma Salles.

Los motivos por los cuales la investigación llevada a cabo es sumamente valiosa son varios. En primer lugar, los resultados de los experimentos y modelos tienen un gran potencial para ser aplicados en áreas claves como la educación. “Cobra cada vez más fuerza la idea de que las ciencias cognitivas y las neurociencias pueden informar a la pedagogía y a las ciencias de la educación en diversos aspectos.

Salvando los aspectos burocráticos, podemos pensar en un sistema educativo progresivamente enriquecido por ideas científicas”, sostiene Salles. En segundo lugar, el trabajo llevado a cabo en el laboratorio permite abordar aspectos psicológicos de los individuos desde otra perspectiva diferente de la habitual. “Nuestro trabajo impulsa el desarrollo de un área prácticamente inexistente en el país y otorga a la psicología un status científico”, dice. Por último, lo interdisciplinario del campo abre el diálogo entre investigadores con bagajes de conocimiento disímiles, “una cuestión de extrema importancia en cualquier proyecto de gran alcance, y que hoy en día es uno de los puntos más débiles del sistema de investigación científica nacional”, remata el investigador.

Fuente: NEX