viernes, 27 de marzo de 2020

Trabajan a contrarreloj para crear un test que provea diagnósticos de Coronavirus en 60 minutos

Un grupo de 25 argentinos trabaja a contrarreloj para validar un test que permita diagnosticar y brinde resultados a los posibles infectados por coronavirus en 60 minutos.

La tecnología que utilizan los científicos argentinos se llama Crispr.

Se trata de la startup Caspr Biotech, liderada por el economista Franco Goytía y los científicos del Conicet Carla Giménez, Federico Pereyra Bonnet y Lucía Curti.

El emprendimiento tiene poco más de un año y nació como una alternativa a las dos formas de diagnosticar un virus o una enfermedad infecciosa. Por un lado, está el test de los laboratorios, que tiene una buena performance en la validez de los diagnósticos que brinda, pero que, al estar centralizados, los resultados tardan varios días y se forma un cuello de botella.

Por otro lado, hay soluciones portátiles, desechables y rápidas, pero no son buenas en términos de sensibilidad y especificidad; es decir, hay muchos problemas de falsos positivos o falsos negativos , como los tests que España le compró a China , que están basados en anticuerpos.

"Esto es porque no son moleculares: no ven el virus a nivel ADN y están basados en otras tecnologías, como los anticuerpos, que es la respuesta del sistema inmune al virus. Y esto tiene una demora: el virus infecta y, mientras a nivel molecular se hace presente rápido, el anticuerpo inmunológico tarda varios días o semanas en aparecer", explica Goytía.

"El problema de la tardanza del diagnóstico molecular viene de mucho antes de la emergencia de esta pandemia. El coronavirus expuso la gravedad y la seriedad del tema, y la necesidad de que haya soluciones portátiles, rápidas y precisas de diagnóstico molecular", agrega el emprendedor.

La tecnología que utilizan los científicos argentinos se llama Crispr. "Es súper novedosa y considerada como una de las herramientas más disruptivas del siglo XXI para la ciencia, porque permite identificar y editar secuencias puntuales de ADN de una forma muy precisa. El test es molecular y es comparable con los que se usan en laboratorios centralizados", dice Goytía.

Así es el formato de validaciones de detección de Covid-19.

Cuando comenzó a surgir el coronavirus en China y se hizo pública la secuencia del virus, Caspr Biotech readaptó su plataforma para detectar el Covid-19. "Esto no es un gran logro, es una bondad que tiene la tecnología, que fácilmente se puede configurar para detectar la secuencia de interés. Lo que para nosotros sería un gran logro es llevar nuestra solución al mercado cuando esté validado y que sirva para que profesionales médicos puedan hacer diagnósticos más rápidos y a un costo menor. Por ahora, nuestros test son un prototipo. Para eso venimos trabajando incesantemente en los últimos meses para conseguir la validación", indica Goytía.

El test que están ideando tardaría 60 minutos entre que sacan la muestra al paciente a través de un hisopado nasal y brindan la información del resultado clínico. "Esto hoy tarda varios días a nivel mundial; no es que en la Argentina estemos mal. Los tiempos del Malbrán, de hecho, son muy buenos en comparación con el de otros países", señala.

El costo del test sería de entre US$4 a US$5 por detección. "La producción de nuestro cartucho, que está basado en papel, tiene unas enzimas liofilizadas integradas. Es algo descartable y súper liviano para que sea lo más accesible posible", explicó Goytía.

Al proyecto, sin embargo, todavía le falta la validación. Por eso, el equipo trabaja contrarreloj para llevar su solución al mercado en medio del avance de la pandemia. "No es simple. Estamos haciendo algo disruptivo a nivel mundial, que tiene muchísimos desafíos y complejidades a nivel técnico, y que requieren creatividad e innovación. Los tiempos no son amigos de este tipo de riesgos. Estamos tratando día a día de minimizar esos riesgos para optimizar nuestra solución y poder llevarla al mercado en pocos meses", comenta.

Para ello cuentan con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, del Conicet, la Cancillería y de Aerolíneas Argentinas, que llevó a parte del equipo a Estados Unidos en uno de los vuelos de repatriación, en el cual solo viajaban la tripulación y ellos.

"La idea no es solo tener un producto optimizado, sino también lograr la producción a escala y las validaciones de las distintas autoridades clínicas, como la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA) y de la Anmat. Es un objetivo súper agresivo, muy complejo y muy innovador. No existe a nivel mundial y es una startup argentina la que está intentando lograrlo. En Estados Unidos, hay otras dos empresas que trabajan con la misma tecnología, pero ninguna tiene un producto en el mercado todavía", indica Goytía.

Inicios
Caspr Biotech nació con una inversión inicial de US$400.000, que aportaron en partes iguales dos fondos que asesoran y potencian estos proyectos. Por un lado, Grid Exponential, un formador de empresas argentinas que conecta a científicos con emprendedores para llevar la ciencia al mundo de los negocios, apoyado por el grupo Insud, laboratorios Bagó y Marcos Galperin, entre otros. Y el otro es IndieBio, una aceleradora de startups científicas basada en San Francisco, que otorga instalaciones de alta complejidad.

"Desde el primer día tuvimos presencia en Estados Unidos y avanzamos con el desarrollo de la plataforma. Fácilmente la podemos reconfigurar para detectar una enfermedad infecciosa, un virus o la mutación genética. Hicimos validaciones configurando esta plataforma para la detección de dengue, sika, hantavirus, resistencias antimicrobianas y de transgénicos, para el caso de plantas y animales", cuenta Goytía.

Las validaciones son en forma de prototipo, como una tira de papel similar a un Evatest (test de embarazo), pero molecular. "Este es el gran componente disruptivo de lo que hacemos, pero no está listo para que se produzca a escala, porque más allá de que las detecciones son súper rápidas, en un formato sencillo y automatizado, los pasos de preparación de la muestra y de la reacción van por fuera del papel y requieren equipamiento y personas capacitadas. Son muchas cosas que justamente queremos evitar", concluye.

Fuente: La Nación